El 14 de abril de 1912, el emblemático transatlántico británico marcó un hecho histórico en donde murieron aproximadamente 1490 personas. Los detalles de la historia de un cordobés y una bahiense
Este 14 de abril se cumplen 110 años del hundimiento del «Titanic», el emblemático transatlántico británico en el que viajaban 2223 personas y que era «incapaz de hundirse.
Al chocar contra un iceberg en el Océano Atlántico, luego de cuatro días de haber zarpado del puerto inglés de Southampton, se produjo una catástrofe que dejó más de 1.500 muertes. Entre ellas, la de dos argentinos.
Edgard Andrew, el tripulante cordobés que le salvó la vida a una maestra
Dentro del grupo de tripulantes a bordo, miles de historias han salido a la luz durante los casi 110 años. Una de ellas involucra a un argentino nacido en Río Cuarto, Córdoba, quien falleció en el accidente. Su nombre era Edgard Andrew y le salvó la vida a una maestra inglesa Edwina Troutt, con quien compartió la cena de aquella noche. Él le cedió su chaleco salvavidas, luego de verla desesperada y asustada.
La valija que portaba Edgard en el Titanic fue hallada en el mar 90 años después. Había objetos personales, muy bien conservados. Hoy en día, la maleta se encuentra exhibida en museos junto a otras reliquias encontradas en una expedición que localizó los restos del Titanic (1 de septiembre de 1985).
De todas formas, el joven argentino tenía en sus planes partir hacia Estados Unidos para reencontrarse con su hermano. Sin embargo, una huelga de carboneros hizo adelantar los tiempos.
Lo más anecdótico fue la carta en la que anticipa lo que sucedería el 14 de abril en el Océano Atlántico. «Figuresé Josey me embarcó en el vapor más grande del mundo, pero no me encuentro nada orgulloso, pues en estos momentos desearía que el Titanic estuviera sumergido en el fondo del océano», escribió.
La camarera de Bahía Blanca que logró sobrevivir
Violeta Constance Jessop, oriunda de Bahía Blanca, conformó el grupo de los más de 700 sobrevivientes. Trabaja en la embarcación como camarera, en unos de los salones de la primera clase, y era una de las pocas mujeres a bordo.
Logró salvarse de semejante catástrofe en uno de los botes que el Titanic tenía a bordo, que solo podían utilizarse en casos de emergencia. En virtud del código que dice «las mujeres y niños primero», Jessop evitó lo acontecido.
Sin embargo, años más tarde, la BBC realizó una minuciosa investigación, denoninada «Miss Inhundible». Descubrieron que Violeta sobrevivió al choque del transatlántico Olympic contra un buque de guerra, frente a las costas británicas, en 1911. También, cumpliendo la función médica para la Cruz Roja, enfrentó el ataque de los alemanes contra el Britannic en 1916, durante la Primera Guerra Mundial.
La historia del Titanic
El Titanic fue diseñado por Bruce Ismay, presidente de la compañía White Star, y lord Perrie, presidente de los astilleros Harland & Wolff de Belfast, junto con los buques Olympic y Gigantic (luego llamado Britannic). Su objetivo era competir con la Cunard Line, empresa naviera británica, por la supremacía en los viajes transatlánticos.
Fue denominado como el barco más emblemático de la época y símbolo de las desigualdades sociales del siglo pasado: un boleto en primera clase costaba 4.350 dólares (hoy en día serían unos 125.000 dólares, según indicaron los cálculos de la empresa OceanGate).
Tardó dos años en ser construido por completo y siempre se lo señaló como «el objeto móvil más grande jamás creado». Tan es así que tenía 270 metros de longitud y 53 de altura, además de un peso neto de unas 46.328 toneladas. También podía navegar a una velocidad máxima de casi 42 kilómetros por hora, ya que contaba con 55.000 caballos de fuerza motora, logrando así desplazar más de 50 mil toneladas de agua.
Fuente: Rosario3.