El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó la trascendencia del acuerdo alcanzado con la oposición de derecha en el Congreso para promulgar la histórica reforma tributaria, la primera en 58 años. La iniciativa tiene como objetivos principales poner fin gradualmente a la guerra fiscal entre estados, establecer el IVA como impuesto único para el consumo, y gravar artículos de lujo y herencias de los más acaudalados.
La ceremonia de promulgación de la ley tuvo lugar la noche del miércoles en el Congreso, donde Lula recibió insultos de los bloques afines al expresidente Jair Bolsonaro, y aclamaciones por parte del oficialismo.
Lula, acompañado por el presidente de Diputados, Arthur Lira, líder del grupo de derechas Centrao que antes respaldaba a Bolsonaro y ahora se alineó con el Gobierno actual, así como por el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, y el titular del Supremo Tribunal Federal, Luis Barrosso, elogió el compromiso del Congreso con el pueblo brasileño, independientemente de las posturas políticas partidarias.

«Estoy sumamente feliz. Feliz porque la economía ha crecido, porque la inflación está bajando, las tasas de interés están bajando, el salario mínimo está aumentando»
Expresó Luiz Inácio Lula da Silva
La reforma tributaria representa una victoria política para Lula y su ministro de Economía, Fernando Haddad, quienes también lograron eliminar el techo del gasto público y aprobar la nueva ley de reglas fiscales en el primer año de gestión.
Lula reconoció que la reforma no resolverá todos los problemas, pero celebró los avances que propiciará en el modelo de recaudación tributaria. Según él, la iniciativa busca facilitar la inversión, garantizando que quienes tienen más recursos paguen más impuestos y que aquellos con menos recursos paguen menos, contribuyendo al crecimiento de Brasil.
La ley promulgada garantiza la primera reforma sobre el sistema de impuestos al consumo en 58 años en Brasil, unificando cinco impuestos y creando por primera vez el Impuesto al Valor Agregado (IVA). El objetivo es eliminar la «guerra fiscal» entre estados y regiones en el comercio y transporte de bienes. También se establece un régimen especial de eliminación de impuestos para los alimentos de la canasta básica destinados a las personas más pobres.
El proyecto contempla una transición hasta 2033 para la plena implementación de los nuevos impuestos. El valor del IVA se determinará posteriormente mediante una ley, y según el Ministerio de Hacienda, podría llegar al 27 por ciento, considerado uno de los más altos del mundo, con la justificación gubernamental de compensaciones para reducir la carga impositiva.