Este jueves, un joven de 24 años perpetró un trágico tiroteo en la Facultad de Artes de la Universidad Carolina, ubicada en el centro histórico de Praga, dejando un saldo de al menos 14 personas fallecidas y 25 heridas. El agresor, posteriormente abatido por la policía, había sido previamente buscado debido al hallazgo del cadáver de su padre en el pueblo de Hostoun, al oeste de Praga.
El ministro del Interior checo, Vit Rakusan, afirmó que no hay indicios de que este crimen esté vinculado al terrorismo internacional, despejando cualquier especulación en ese sentido. La Policía, tras eliminar al agresor, procedió a evacuar el edificio donde ocurrió el incidente.
Inicialmente, la policía había informado de 15 muertos, pero rectificó sin ofrecer explicaciones sobre el motivo de la discrepancia en la cifra. El tiroteo, que duró poco más de 20 minutos, generó una rápida respuesta de las fuerzas de seguridad, quienes evacuaron el edificio y solicitaron a los residentes cercanos permanecer en sus hogares.
Las imágenes difundidas en redes sociales mostraron escenas impactantes, incluyendo a estudiantes intentando escapar por las ventanas hacia un balcón aterrazado del último piso. La policía indicó que el atacante se inspiró en un caso similar ocurrido en Rusia este otoño.
El jefe de la policía checa, Martin Vondrasek, enfatizó que no se había confirmado la presencia de otro atacante y llamó a la población a obedecer las órdenes de la policía. Por su parte, el presidente checo, Petr Pavel, expresó su profundo pesar y agradeció a los ciudadanos por su cooperación.
El primer ministro Petr Fiala, canceló sus compromisos ante los «trágicos acontecimientos», y la comunidad internacional, incluyendo a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la Casa Blanca, expresaron solidaridad y condena frente a este acto de violencia sin sentido.
Este devastador tiroteo representa el incidente más sangriento en República Checa desde su independencia de Eslovaquia en 1993.